jueves, 17 de junio de 2010

Muelle Oeste. La Escalera Teatro.


Otro año más hemos conseguido llevar a buen puerto el trabajo de los alumnos del taller de teatro ACTUA de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. En este caso la obra elegida ha sido Muelle Oeste de Bernard-Marie Koltés, una pieza ardua y transgresora que ocupa un lugar especial en mi corazón. Ese fue el punto de partida y la fuerte motivación que me ha llevado a concluir este trabajo en un año realmente duro y lleno de visicitudes externas y extrañas a la propia compañía. Pero el teatro es un trabajo grupal, donde la técnica, las ideas y la propia pasión de quienes lo hacen se entrelazan para construír el motor que hace andar a los personajes sobre el escenario; es necesario gritar bien alto entonces que sin estos maravillosos actores yo no habría llegado a ninguna parte. Y es que es con actores de este calibre, con esta capacidad de trabajo y espíritu de sacrifio, con los que únicamente podía atreverme a montar una pieza de estas características. Entre todos hemos logrado un espectáculo dinámico y rítmico, cargado de imágenes, agresivo y poético al mismo tiempo y con un claro lenguaje marcado por el movimiento expresivo del cuerpo del actor: hemos intentado dotar de vida a un trozo de muelle oscuro y cruel. Todos mis niños, que han ido creciendo conmigo, se superan escena trás escena, se esfuerzan, aún cansados y doloridos, en poner en pie una propuesta arriesgada y dura, en transmitir una historia que tal vez pocos quieran oír y lo hacen con una maestría y humildad dignas del mismo Koltés. Por todos ellos y para todos ellos mis palabras toman hoy más sentido que nunca: Nunca perdáis la incomodidad que genera el teatro. Nunca.
Os llevo y os llevaré siempre dentro de mi alma oscura...