








Porque al final el teatro no es más que un vehículo de comunicación con un espectador que anhela poder volar en su asiento del teatro para vivir lo que ocurre en el escenario; mis niños consiguen esto; no es el mejor producto ni pretende serlo, pero está vivo... las horas de trabajo desde la humildad siempre tienen recompensa. Es maravilloso observar como Santi ha crecido tanto en estos meses, o comprobar que Marta y Javi todavía logran que me emocione cuando veo su escena de amor; Oscar y Elena han conseguido un trabajo y una complicidad que roza la perfección y Sebas se puede convertir con el tiempo en un animal de la escena, porque su entrega es total, al igual que Ana, que es el ejemplo de actriz trabajadora que todos debemos seguir; Almudena emociona sólo con pisar las tablas y el esfuerzo de Isa Guerra, Isa Nosea y Ana Belén mantiene viva la historia... no, no me olvido de Alberto, un actor con mayúsculas que representa la generosidad total sobre el escenario, tanto con sus compañeros como con el público...su personaje sobrecoge mi alma... en fin, sé que son mis niños y no soy objetivo, pero el tiempo de la objetividad termina con el proceso de ensayos; ahora hablo de ellos como un igual, como otro actor que vive y sueña cuando los ve trabajar. Todo trabajo bien hecho tiene su recompensa, y ésta ha llegado en forma de estreno el día 17 de Junio en la sala La fundición de Sevilla. Ni ellos ni yo podemos pedir nada más... ha sido duro, pero merece la pena compartir camino con vosotros... os ha costado dejarme entrar y ahora a mí me va a costar poder salir. Como escribió Barba alguna vez: " Cada uno de nosotros es el hijo del trabajo de alguien. Cada uno de nosotros se orienta alejándose del pasado que ha elegido".
Daidee, gracias por haber depositado toda tu confianza ciegamente sobre mi, gracias por dejarme crear en libertad y por seguir siendo tan cómplice de La Escalera Teatro, sé lo duro que ha sido. Gracias, porque todo esto sin ti no existiría.